El día del libro

por Nicolás Jiménez González

Dia internacional del libro

Hoy se celebra el Día Mundial del Libro pero … ¿qué se conmemora? El día 23 de abril fue elegido como «Día Internacional del Libro», pues supuestamente coincide con el fallecimiento de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega en la misma fecha en el año 1616. Todo el mundo (en estos fastos del Día del Libro y en las escuelas y en los telediarios) se acuerda de Cervantes y de Shakespeare pero no del Inca Garcilaso. El hecho de que nadie se acuerde de él tiene que ver, según mi parecer, tanto con el hecho de que era mestizo (era hijo de un capitán español y una princesa inca y nació en Perú) como con el eurocentrismo que hace que socialmente se crea que todo lo importante viene de Europa.

Por tanto ¿qué se conmemora hoy? Conmemoramos la muerte (desde el punto de vista gitano, esta sería la parte positiva de la fiesta, jijiji) de dos escritores payos claramente antigitanos:

1) Shakespeare habló de las mujeres gitanas (tu mama, mi mama, tu agüelica y la mía, tus hermanas y las mías, nuestras mujeres y tú misma) como «lujuriosas», de hecho califica a Cleopatra (Antonio y Cleopatra, 1607) como dueña de una «lujuria gitana» y en Caliban (personaje de La Tempestad, 1611) concentra todos los clichés, todos los tópicos, antigitanos incluidos la propagación de la peste, el salvajismo, el desaliño conductual, etc… Por si no lo sabéis «Caliban» deriva del romanó kalipen/kaliben, negritud. Probablemente, Shakespeare conocía a personas gitanas (se dedicó al teatro y en ese mundo de la farándula siempre ha habido presencia gitana) y por eso pudo crear ese personaje con ese nombre;

2) de Cervantes ya conocemos el famoso pasaje con el que arranca La Gitanilla (1613) [Parece que los gitanos y gitanas solamente nacieron en el mundo para ser ladrones: nacen de padres ladrones, críanse con ladrones, estudian para ladrones y, finalmente, salen con ser ladrones corrientes y molientes a todo ruedo; y la gana del hurtar y el hurtar son en ellos como accidentes inseparables, que no se quitan sino con la muerte]. No es el único lugar en el que habla (mal) de nosotros. Lo que se sabe menos es por qué el payo Miguel de Cervantes odia a los gitanos: una tía suya estuvo amancebada con el Arcediano de Talavera, Don Martín de Mendoza apodado «el gitano» pues era hijo de una amazona gitana llamada María Cabrera, y fruto de ese amancebamiento nació Martina que le negó amores [aquí podéis leer toda la historia]. Como véis, el payo Miguel también conocía a personas gitanas.

He querido destacar el hecho de que tanto el payo Miguel como el jambo William conocían a personas gitanas porque a veces nos creemos un viejo tópico: el antigitanismo es fruto del desconocimiento. No, queridas y queridos amiguitos y amiguitas, no, el antigitanismo es fruto de la mala leche, de la hijaputez, de la mirada turbia que diría el Tío José Heredia.

Así pues, yo hoy no celebro nada aunque los libros sean el sustento de mi ser intelectual.

*imágenes del cartel de la película «La gitanilla» (1943) y una ilustración de La Tempestad